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José Ignacio Linazasoro (San Sebastián, 1947) es uno de los arquitectos españoles en activo con una trayectoria más prolífica, coherente y reconocida, tanto a nivel nacional como internacional. Con proyectos de todas las tipologías, pero con una especial atención sobre la regeneración y recuperación de espacios y edificios urbanos, desde 2011 trabaja con Ricardo Sánchez en el estudio Linazasoro&Sanchez Arquitectura, establecido en Madrid. En esta entrevista reflexiona sobre el papel de la arquitectura en la creación urbana y acerca de la rehabilitación, o “la construcción sobre lo construido”, como prefiere denominarla.

¿La recuperación de la construcción se está realizando sobre la base de un papel mucho más relevante de la rehabilitación, se está produciendo realmente este cambio de paradigma?
No estoy seguro, pero pienso que sería lógico teniendo en cuenta lo que se había construido antes de la crisis y el deterioro de muchos edificios de los años 50 a los 70.

Algunos de sus proyectos más importantes afectan de lleno al espacio urbano y, en muchos casos, público. ¿Qué grandes criterios marcan sus intervenciones en este ámbito?
El criterio más importante es construir espacios intemporales y adaptables a diferentes funciones compatibles con su situación y dimensión. La plaza de Azkoitia, por ejemplo, es un espacio donde se realizan diferentes eventos, como la “hoguera de San Juan”, mientras que la de Reims, frente a la Catedral, se ha convertido en un espacio frecuentado por turistas y habitantes de la ciudad y donde también se realizan eventos. La plaza de los Amantes de Teruel es un espacio mucho más reducido que sirve de antesala al Mausoleo de los Amantes y que es un remanso frente a la más bulliciosa y vecina plaza del Torico. Pienso, por todo ello, que dichos espacios tienen que tener un carácter intemporal, como las mejores plazas y espacios públicos de todos los tiempos y su diseño no debe dejarse influir por las cada vez más efímeras modas arquitectónicas.

¿Cómo valora la evolución de nuestras ciudades? ¿Cree que se sigue un camino correcto en el crecimiento y ordenación de nuestras grandes urbes?
Creo que el urbanismo que se ha generado en España en los últimos tiempos es de muy baja calidad por lo general. El proyecto urbano, considerado como proyecto arquitectónico a gran escala, ha desaparecido casi por completo y en su lugar se han generado barrios atravesados por autopistas como los recientemente construidos en Madrid, carentes de espacios públicos y de escala. Por otra parte, se han producido aberraciones que han afectado notablemente al paisaje y al territorio, particularmente en la cuenca mediterránea, pero también en otros lugares.

Con el volumen de proyectos que ha creado a lo largo de su trayectoria profesional, de tipologías muy diversas, pero con un sólido componente urbano/público, ¿cree que se reconoce el rol social del trabajo del arquitecto?
Pienso que la consideración social del arquitecto es cada vez menor y que mucha gente cree que se trata de una figura innecesaria. A ello, han contribuido no poco los propios arquitectos, algunos por participar de lleno en la vorágine especulativa de los años del “boom” constructivo ofreciendo un producto de muy poca calidad, y otros por olvidarse del verdadero -y siempre necesario- cometido del arquitecto que no debe confundirse con un diseñador gráfico ni con un gestor de eventos sin contenido. Por otra parte, hay una creciente demagogia en cuanto a la participación ciudadana en las decisiones arquitectónicas. La participación es deseable, pero debe de estar reglada y no interferir en lo propiamente disciplinar, que es lo que corresponde al arquitecto. Las opiniones siempre son respetables pero, como decía una vez Siza, no todas tienen el mismo valor.

Sin embargo, debo de reconocer que algunos de mis edificios y espacios públicos, una vez construidos, han tenido una buena acogida por el público, como la Biblioteca Central de la UNED, las Escuelas Pías de Lavapiés o la Plaza de Reims y me siento muy satisfecho por ello, ya que considero que la arquitectura debe estar al servicio de los ciudadanos y contribuir a la construcción de la ciudad. En el caso de las Escuelas Pías o de la Plaza de Reims, el resultado ha sido ampliamente satisfactorio, también en este último sentido.

¿Esa imagen ha quedado muy dañada por los grandes macroproyectos estrella que se construyeron hasta hace unos años en algunas de nuestras ciudades?
Creo que la arquitectura de los “archistars” no siempre responde a lo que se pretende y considero que buena parte de la responsabilidad la tienen muchos políticos, dilapidadores y poco cultos que han hecho ese tipo de encargos. Creo que se ha producido una importante confusión entre el verdadero sentido de la arquitectura, al servicio de la sociedad, y ese tipo de “proyectos de autor” que, en realidad, no lo son demasiado ya que muchos de ellos están realizados por colaboradores, que no resuelven los verdaderos problemas.

Buena parte de sus proyectos son el resultado de su participación en concursos, además, en bastantes ocasiones, internacionales. ¿Qué elementos o buenas prácticas de los concursos que se convocan en otros países deberíamos incorporar a los concursos que se convocan en España?
En realidad, el universo de los concursos es muy heterogéneo en todos los países. En Francia, por ejemplo, la mayoría son por invitación tras una selección previa, lo cual tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes, ya que impide el acceso a los que no hayan realizado edificios del mismo tipo. Los concursos abiertos no tienen ese problema, pero el número de los que se presentan suele ser muy grande, lo que hace difícil juzgarlos. Yo creo que lo más importante de un concurso es el jurado, pues de él depende el resultado final. A veces, se buscan figuras para los jurados que son de reconocido prestigio, pero esto también implica que ellos juzgan conforme a sus tendencias personales, tratando de encontrar los proyectos más parecidos a los suyos y no los de mayor calidad. Pero creo que es muy difícil ser jurado de un concurso, lo mismo que ser un buen profesor de proyectos y no dejarse arrastrar por sus tendencias personales.

¿De qué forma afecta al trabajo de un estudio el esfuerzo que supone la elaboración del proyecto para un concurso, especialmente si no se consigue el objetivo?
Afecta en la medida de que los concursos no sean remunerados, pero por lo demás hacer concursos es una buena experiencia, pues implica un esfuerzo de conceptualización. Muchos de los grandes proyectos de la historia quedaron a nivel de concurso y no por ello dejan de tener un gran valor.

Restauración/rehabilitación versus nueva construcción. ¿Se trata de conceptos con premisas muy antagónicas desde el punto de vista del proyecto?
Pienso que se trata de una distinción muy académica en el mal sentido, pues considero que un proyecto de rehabilitación no es esencialmente diferente de uno de nueva planta. Lo que sí es cierto es que la rehabilitación o, mejor, la construcción sobre lo construido que es como prefiero llamarlo o, al menos, que es lo que más se aproxima a algunos de los proyectos que he realizado, requiere de una sensibilidad más refinada para lograr una unidad entre lo preexistente y lo nuevo. Sin embargo, esto es algo con lo que la arquitectura siempre se encuentra, pues siempre existe un contexto, llámese edificio, ciudad o paisaje.

La rehabilitación arquitectónica abre nuevas líneas de debate sobre lo que es necesario o no conservar, ¿cómo valora este debate?
Este es un problema muy importante y tiene que ver con el creciente relativismo de los criterios que valoran la arquitectura y con el peso de otras disciplinas ligadas a este tipo de proyectos, como la arqueología. Desde esta última disciplina, se valora con criterios supuestamente científicos que, a veces, entran en contradicción con criterios de calidad arquitectónicos y esto produce engendros. Afortunadamente, en España, todavía no hemos llegado a este extremo y existen muchos grados de libertad para la intervención en los edificios patrimoniales. Pero esto también tiene sus riesgos, ya que algunas de estas intervenciones son particularmente desafortunadas y más fruto del capricho o de la falta de sensibilidad, lo que produce un rechazo social que afecta al papel de los arquitectos y al creciente papel de los arqueólogos, entre otros.

¿En qué punto se encuentra el proyecto de reforma de la Puerta del Sol de Madrid?
El proyecto se encuentra parado en este momento, a pesar de tratarse de un tema fundamental para la imagen de Madrid y de un proyecto muy sencillo que mejoraría notablemente la calidad de este emblemático espacio.

¿De qué proyectos de restauración o rehabilitación se siente más satisfecho y por qué?
He realizado algunos proyectos importantes dentro de esta categoría y todos ellos han tenido una cierta repercusión, como la Reconstrucción de la iglesia de Santa Cruz de Medina de Rioseco, el convento de Santa Teresa en San Sebastián o las Escuelas Pías de San Fernando. De todos ellos, considero que el de Escuelas Pías es el más importante y en el que he podido manifestar de manera más clara mis inquietudes y mi acercamiento a la arquitectura, pero también es cierto que la pequeña iglesia de Valdemaqueda es uno de mis proyectos más intensos.

¿Cómo definiría el ideario arquitectónico que impregna los proyectos de Linazasoro&Sanchez Arquitectura?
Es difícil sintetizar en pocas palabras esta respuesta. Para ello he escrito algunos libros, siendo “La memoria del Orden” el más reciente y el más claro, pero si habría que hacerlo diría que nuestro estudio está convencido de que la arquitectura es una disciplina que ha sido definida a través del tiempo y que no tiene que reinventarse cada día o, como decía Mies Van der Rohe, todos los lunes por la mañana, lo que no significa que no deba adecuarse a los tiempos cambiantes en que vivimos pero sin perder su identidad.

¿En qué proyectos se encuentra ahora mismo trabajando el estudio?
Actualmente, estamos trabajando en la segunda fase del Campus de Segovia que esperamos poder iniciar muy pronto, en el proyecto de reconstrucción de un castillo y en varios concursos en el extranjero ya que en España está todo muy parado.