Cerrar

Volver a la sección Blog

Repensando el entorno construido

La sociedad actual, cada vez más concentrada en ciudades, tiene la necesidad de una rehabilitación de nuestro entorno, de repensarlo. Y el entorno nos lleva a tratar los aspectos de urbanismo, regeneración urbana, diseño circular, ciudades responsivas, rehabilitación a gran escala, adaptación climática, descarbonización, participación ciudadana, smart cities,…elementos, todos ellos, que serán motivo de debate en mayo de 2025 en la Feria CONSTRUMAT en Barcelona.

En la actualidad, más del 56 % de la población mundial vive en ciudades y se espera que esta tendencia continúe, ya que la población urbana aumentará a más del doble para 2050, momento en que casi 7 de cada 10 personas vivirán en ciudades. Esto requiere una planificación que proporcione servicios y organice el crecimiento.

Las ciudades son elementos vivos y la planificación urbana se enfrenta al desafío de integrar sostenibilidad, innovación y resiliencia frente al cambio climático. Y aquí, arquitectos y urbanistas tienen mucho que decir…de ellos depende la calidad de vida que tengamos y en cierto modo, nuestra felicidad.

Con un enfoque integral que integre conceptos como el diseño circular, la regeneración urbana y las ciudades responsivas, la rehabilitación a gran escala, la descarbonización, la participación ciudadana y las smart cities es posible transformar el urbanismo en una herramienta clave para adaptar las ciudades a los retos de una demografía creciente y un clima cada vez más amenazante.

La base del urbanismo

De cara a construir ciudades resilientes que se adapten a los desafíos climáticos, el urbanismo y la planificación urbana son la base. Cobra cada vez más importancia el promover medidas para la adaptación de pueblos, ciudades y territorios al calentamiento global.

Sucesos como los de la DANA en Valencia deben hacer reflexionar en un diseño eficaz de las ciudades que tenga en cuenta la reducción de emisiones, la gestión de recursos naturales de manera sostenible y la mitigación de riesgos como inundaciones y olas de calor. Generar infraestructuras, entornos saludables y habitables incorporando soluciones basadas en la naturaleza, movilidad sostenible y eficiencia energética.

La normativa urbanística, sin embargo y en general, está fuera de la realidad. Tras la pandemia, las ciudades han tomado una relevancia fundamental (nos hicimos más conscientes con el confinamiento) y se ha evidenciado la importancia de los espacios exteriores y las zonas comunes (más generosas, tanto en las viviendas como en los lugares de trabajo), así como la necesidad de flexibilizar usos.

Sólo desde una visión estratégica que integre políticas públicas (con equidad social, acceso inclusivo a servicios básicos y áreas verdes), tecnología y participación comunitaria, el urbanismo se convertirá en herramienta esencial para garantizar la sostenibilidad ambiental y el bienestar de futuras generaciones.

Avanzando en la regeneración urbana

Uno de los grandes retos del sector está, sin duda, en la intervención en la ciudad construida, es decir, lo que se viene a llamar ‘regeneración urbana’ que revitaliza áreas deterioradas, promoviendo sostenibilidad y resiliencia.

Se hace preciso intervenir sobre la ciudad existente y no sólo sobre los centros urbanos, o barrios, sino sobre las áreas periféricas, respondiendo a las necesidades actuales sin comprometer a las futuras generaciones.

Este enfoque permite transformar espacios obsoletos en entornos dinámicos, inclusivos y adaptados a desafíos ambientales, sociales y económicos. Al reutilizar infraestructuras existentes, se minimiza el impacto ambiental y se optimiza el uso de recursos.

Pero para ello, para que se pueda dar la necesaria regeneración urbanística, se debe generar un nuevo sector que no existe en España y sí en países de nuestro entorno, que rehabilitan veinte veces más que nuestro país, no sólo en el ámbito residencial, sino en entornos de polígonos industriales y grandes equipamientos. Se requiere una reconversión desde el punto de vista profesional, empresarial e industrial, para actuar.

Rehabilitando a escala ciudad

Actuar en el parque edificatorio requiere conocer su situación, y en nuestro país, no goza de buena salud: es antiguo y poco eficiente. En España existen más de 5 millones de viviendas con más de 50 años de antigüedad, casi el 10% de los edificios españoles se encuentran en un estado de conservación ruinoso, malo o deficiente y sólo el 6% se construyeron con criterios de ahorro de energía. Sus características, estado de conservación y antigüedad requieren su rehabilitación estructural, funcional y energética. Renovar el parque edificado, una oportunidad para crear espacios saludables.

Se calcula que nueve millones de viviendas en España requieren de una rehabilitación energética.

Pero además, los planes de rehabilitación tradicionales no son suficientes para asumir los compromisos en materia de descarbonización para 2030 y 2050. De ahí que se tenga que intervenir a través de una actuación multidisciplinar, generar colaboración público-privada, donde aparece la figura del ‘agente rehabilitador’, a través de consorcios para actuaciones de barrio y por tanto a gran escala, capaces de una gestión integral con un servicio ‘llave en mano’, facilitando la gestión en las comunidades, desde la elaboración de la documentación técnica, pasando por la ejecución de las obras y la solicitud de las ayudas así como la obtención de la financiación.

Actuar en ámbitos en los que debe haber negocio y rentabilidad económica, que si viene acompañada de rentabilidad social y medioambiental nos permite cerrar el círculo. Deben acometerse proyectos que se enmarcan en el entorno urbano, a nivel barrio y en cierta manera vulnerables (si bien la vulnerabilidad social ha de ser iniciativa pública) que tengan una repetitividad y que se puedan estandarizar y sistematizar.

Con este tipo de actuaciones, bajo la premisa de un impulso por parte de las Administraciones, será posible dar el gran salto de las 30.000 a las 300.000 viviendas rehabilitadas al año. Intervención de la iniciativa privada para una mejora sustancial del nivel de vida.

Para ello se precisa otra actuación: empoderar al ciudadano y que sea consciente. Involucrar a los habitantes en el proceso de participación ciudadana fomenta el sentido de pertenencia y asegura que las intervenciones respondan a las necesidades reales de las comunidades. Y es que la participación activa con decisiones compartidas sensibiliza sobre los beneficios de la rehabilitación sostenible, promoviendo prácticas responsables y colaborativas, se genera confianza y se evitan conflictos, acelerando la implementación de proyectos.

Innovación y tecnología para vivir mejor

En un mundo enfrentado al cambio climático, las ‘smart cities’ se convierten en una herramienta esencial para construir un futuro resiliente y alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Suponen integrar tecnología e innovación para optimizar recursos y mejorar la resiliencia urbana.

El uso de sistemas inteligentes de monitorización y análisis de datos para gestionar el consumo energético, recursos hídricos, energéticos y de residuos, reducir emisiones y garantizar una movilidad más sostenible minimizando el impacto ambiental, la implementación de soluciones como sensores ambientales que anticipan y mitigan riesgos climáticos, o el uso de plataformas digitales que facilitan la participación ciudadana son ejemplos de estas ciudades inteligentes que hace mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Muchos retos, realidades complejas que precisan actuaciones multinivel y que serán objeto de análisis en el Sustainable Building Congress dentro del marco de CONSTRUMAT 2025. No dejes de asistir.

¿Aún no nos sigues en Instagram?