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Julio Sorigué fundó en 1954 en Lleida una pequeña empresa especializada en la producción y transporte de áridos y en el mantenimiento de infraestructuras. Cincuenta años después Sorigué decidió incorporar a su estructura a diversas compañías con gran experiencia en el ámbito de las infraestructuras y de la obra civil, convirtiéndose así en uno de los grupos constructores más importantes de Cataluña.

En los últimos años, Sorigué ha experimentado un gran cambio. ¿Quiere eso decir que son buenos tiempos para el sector de la construcción?

I.C.- El sector de la construcción se está recuperando después de una severa crisis, que ha supuesto cambios en el mercado, y que obliga a las empresas a transformarse, a diversificar sus actividades, y a reinventarse en muchos sentidos. Sorigué es muy consciente de la influencia del sector en el entorno y entiende que es necesario actuar bajo criterios de responsabilidad y buscar siempre un crecimiento sostenible.

Sorigué ha pasado de ser una pequeña empresa local a una compañía con gran presencia en todo el territorio. ¿Cuáles son los rasgos que caracterizan a Sorigué del resto de compañías del sector?

I.C.- Sorigué se distingue por mantener los rasgos positivos de una empresa familiar, hecha con años y trabajo, que apuesta por las personas y el retorno a la sociedad, y los combina con la profesionalización y la gestión eficiente y responsable que caracteriza a las compañías líderes en su ámbito.

Su empresa está vinculada a la obra civil, uno de los segmentos más afectados por la crisis de los últimos años. ¿Cuál ha sido su receta para hacer frente a unos tiempos tan complicados?

I.C.- Nuestra estrategia hace ya muchos años ha sido capacitarnos para dar servicio en todo el ciclo de vida de una infraestructura, desde el diseño hasta la conservación y el mantenimiento, y para todo tipo de cliente: público o privado, en todas las tipologías, desde las obras hidráulicas hasta la edificación singular, pasando por todo tipo de infraestructuras, pero consiguiendo ser especialistas en cada ámbito y generando valor en cada proceso.

Y, ¿en estos momentos, creen que la crisis ya ha sido superada?

I.C.-Entendemos que la crisis ha acabado como tal, pero no porque se haya vuelto a parámetros anteriores, sino porque los cambios han venido para quedarse, y hay que adaptarse a ellos.

Sorigué participa como partner en la próxima edición de Barcelona Building Construmat. ¿Qué esperan de la edición de este año?

I.C.-Esta edición de 2017 tiene que servir para dar un mensaje de optimismo. El BBConstrumat es una de las palancas de transformación del sector, por lo que creemos que servirá de punto de encuentro de todos los agentes involucrados, facilitando el intercambio de conocimiento y la reflexión sobre el presente y futuro, que está lleno de oportunidades.

Por último, ¿creen, como Barcelona Building Construmat, que la innovación es el motor de cambio del sector?

I.C.-Sin duda, innovar es cambiar las cosas para hacerlas mejor, si algo nos ha enseñado esta crisis es que las empresas que innovan, las que incorporan la transformación en su adn tienen muchas más opciones de sobrevivir y crecer. No se trata de innovar de forma puntual, se trata de tener una cultura innovadora. Y creemos que el sector de la construcción ha funcionado y funciona como palanca de innovación y de progreso socioeconómico, impulsando o aplicando las nuevas tecnologías (impresión 3D para la mejora de tiempos de entrega, drones para inspección de obras, internet de las cosas, etc).