En un contexto impulsado por la urgente necesidad de avanzar hacia la descarbonización y las innovaciones para alcanzar la neutralidad climática, los materiales naturales y sostenibles ganan relevancia, especialmente con la llegada del nuevo Reglamento de Productos de la Construcción 2024, que marcará un hito en el sector. La cita con la circularidad, la normalización y con estos nuevos materiales, lo podrás encontrar en Construmat 2025 donde se expone lo último del sector de la construcción.
La descarbonización, clave para la acción climática y que considera el carbono a lo largo del ciclo de vida, está impulsando un nuevo marco normativo: el Pacto Verde Europeo, las Directivas de eficiencia energética en edificios (EPBD), energías renovables (RED) y de Diseño Ecológico. Este cambio de modelo es esencial para avanzar hacia una economía circular y lograr la neutralidad en carbono.
Un marco normativo para los productos en clave sostenible
La Directiva de Diseño Ecológico de la UE establece requisitos para mejorar la eficiencia energética y ambiental de los productos, reduciendo su impacto durante todo el ciclo de vida. A esto se suma el nuevo Reglamento Europeo de Productos de Construcción (RPC 2024), que establece reglas armonizadas para la comercialización de productos de construcción y regula el marcado CE. Este reglamento introduce importantes novedades en sostenibilidad y digitalización, promoviendo materiales sostenibles, reciclables y de bajas emisiones de carbono. Su objetivo es reducir el uso de recursos, minimizar residuos y emisiones, y mejorar la durabilidad de los productos. Además, adapta los productos de construcción a los principios de la economía circular, para que duren más, sean más fáciles de reparar y puedan reciclarse al final de su vida útil.
En este impulso de la economía circular, el sector de la construcción se mueve con el fin de alcanzar los objetivos climáticos y lograr edificios más sostenibles. Los promotores y algunas administraciones exigen certificados de sostenibilidad en sus edificios, lo que fomenta la rehabilitación y la circularidad. Las consultoras miden lo que se conoce como ‘Alcance 3’ de la huella de carbono, mientras que los fabricantes comienzan a incorporar cada vez más energía renovable in situ. Lo más interesante y relevante aquí es que están lanzando gamas de productos reciclables y bajos en carbono e impulsando materiales naturales y biobasados, soluciones creadas desde el principio con el concepto de ecodiseño.
EDP y DPP: herramientas de presente y futuro
En el proceso de transición del sector de la construcción hacia una economía circular, impulsado por la escasez de recursos naturales y el aumento de costes, la Herramienta de Declaraciones Ambientales de Producto (DAP o EPD, por sus siglas en inglés) se presenta como una alternativa para proporcionar información sobre los impactos ambientales de los materiales. Muchos fabricantes ya han adoptado esta herramienta, que mediante informes estándar permite a los clientes conocer y evaluar el impacto medioambiental de los productos, considerando aspectos clave como el consumo energético, el uso de agua, las emisiones de gases de efecto invernadero y la generación de residuos a lo largo de su ciclo de vida. Esto refleja un compromiso con la sostenibilidad y la transparencia.
Ante la necesidad de adoptar herramientas digitales y optimizar procesos, el RCP 2024 introduce el “Pasaporte Digital de Producto” (DPP), una herramienta clave que se desarrollará de manera progresiva para impulsar la sostenibilidad en el sector de la construcción. Esta solución innovadora busca satisfacer estas demandas, ofreciendo trazabilidad, transparencia y un enfoque más eficiente en el manejo de recursos.
El DPP, que será obligatorio a partir de 2028 y que ya está dando sus primeros pasos, recopila información clave sobre los materiales y productos a lo largo de su ciclo de vida, y facilita que pueda compartirse. Contiene datos esenciales como el origen y la composición de los materiales, instrucciones de mantenimiento, información para su reutilización y reciclaje, huella ambiental e indicadores de sostenibilidad. Esto traerá ventajas como una mayor interacción entre los agentes del sector y un mejor cumplimiento normativo ambiental. Con estas herramientas, será posible medir el impacto, fomentar la colaboración en beneficio de todas las partes y fortalecer la innovación tanto en procesos como en nuevos materiales.
Circularidad, materiales de proximidad, biocompatibles y biodegradables
Estamos entrando en una era en la que la materialidad debe tener un enfoque sostenible, utilizando materiales de bajo impacto y biocompatibles (que no causen efectos adversos en los organismos vivos y favorezcan el bienestar). Este modelo implica diseñar los edificios más como bancos de materiales, orientados a la recuperación y reutilización de los mismos, construyendo de manera más eficiente y con menos recursos. Sin embargo, los edificios actuales no están pensados para ser reutilizados, por lo que es necesario dar el salto al modelo circular.
Por ello, la innovación, la tecnología, la automatización, la fabricación 3D, la construcción industrializada y la inteligencia artificial están mejorando los procesos productivos, permitiéndonos añadir nuevas propiedades a los materiales que necesitamos. La fabricación digital avanza rápidamente, y en este contexto, los biomateriales (derivados de recursos biológicos o diseñados para interactuar de manera sostenible con el entorno construido) están ganando protagonismo. Estos materiales, basados en organismos vivos, se están convirtiendo en aliados inesperados en la construcción.
Además, al reducir el uso de recursos y priorizar materiales locales y reciclados, podemos crear estructuras regenerativas con baja huella de carbono que, además, mejoran la salud de las personas. Un ejemplo son los hormigones de altas prestaciones con baja huella de carbono, utilizados para diseñar edificios con menor huella embebida. Ya existen opciones que logran reducir el contenido de CO2 entre un 30% y un 70% en comparación con los hormigones tradicionales que emplean cemento y procesos convencionales.
Pero también es tendencia el uso de materiales biodegradables en construcción, algo innovador, aunque a veces controvertido. Son materiales que pueden descomponerse naturalmente tras su vida útil, como ciertos tipos de bioplásticos, maderas tratadas o compuestos orgánicos, reduciendo residuos y fomentando la economía circular. Estamos hablando de opciones como la madera no tratada, el bambú, los paneles de micelio (hechos a base de hongos), los bloques de hormigón de cáñamo o la fibra de coco y paja.
Pocos materiales, como la madera técnica, tienen un papel tan transformador frente a los retos actuales de sostenibilidad y eficiencia. Por ello, se considera fundamental para alcanzar los objetivos climáticos de 2050. Este material noble y natural, que almacena carbono, se está incorporando de manera creciente en las obras nuevas en nuestro país, tanto que la edificación en madera está duplicando su utilización en proyectos cada año. Ver más información aquí.
Un mundo apasionante el de los materiales de construcción, con innovaciones continuas, que estará bien representado en el próximo Construmat.