Nadie mejor que Dolores Huerta, directora general de Green Building Council España (GBCE) para explicarnos en qué situación se encuentra el sector inmobiliario y de la construcción ante el principal reto de la descarbonización. Por eso desde CONSTRUMAT hemos querido contar con su testimonio y la hemos entrevistado para apuntar las claves del momento que pasa por los cambios que vienen a nivel reglamentario. Toda una revolución
Por Santos de Paz
Huerta nos adelanta en esta entrevista aspectos tan destacados como la modificación del CTE, el nuevo Plan Nacional de Renovación o, por ejemplo, el Potencial de Calentamiento Global para medir la huella de carbono. Tiempos para estar informados y prepararnos para la vorágine que viene. Una oportunidad para asistir a CONSTRUMAT y acercarnos a esta nueva realidad marcada por unos edificios descarbonizados.
- Vd. es la directora general de Green Building Council España, ¿Qué es GBCE?, ¿Cuáles son sus objetivos y principales actividades?
GBCE es una asociación sin ánimo de lucro que es transversal en el sector de la edificación, su objetivo es empujar y apoyar a todo el sector en la transformación hacia una edificación sostenible, compatible con los ODSs y los objetivos sociales, medioambientales y económicos del desarrollo sostenible. Agrupamos a más de 420 asociados entre empresas, entidades y profesionales que representan a todos los agentes de la cadena de valor de la edificación.
- Llevan desde el 2008 trabajando desde GBCE en sostenibilidad. Desde este punto de vista y como experta, existen muchos factores clave y retos en la edificación (digitalización, industrialización, falta de mano de obra, rehabilitación,…) pero, ¿Por qué la sostenibilidad es el principal reto y el objetivo número uno del sector de la construcción? ¿En qué momento estamos de la hoja de ruta de descarbonización que se marcaron hace dos años?
La sostenibilidad implica muchas cosas; incluso si habláramos sólo en términos ambientales, hay más retos que el del cambio climático, que es el que se combate con la descarbonización. La pérdida de biodiversidad es otro de los retos planetarios en los que la edificación tiene un papel que jugar, aunque sea menos claro o conocido ese impacto, pero como industria extractiva que somos, tenemos una huella importante en el medio natural y afectamos mucho a la biodiversidad, incluso con el entorno construido.
Pero además, la Economía Circular es otro de los grandes desafíos que está a caballo entre un reto ambiental y otro económico, por la eficiencia el uso de los recursos o porque tenemos recursos limitados y no nos podemos permitir el lujo de generar residuos.
Hay muchos retos, lo que pasa es que la descarbonización es el reto, ahora mismo, socialmente más reconocido y reconocible en el que la edificación probablemente tiene un papel más trascendental, y por lo tanto es el vector de entrada del resto de retos. Ahora mismo, tanto la política europea como nacional, han planteado dos líneas estratégicas que nos tocan de lleno: el Green Deal y el acceso a la vivienda, como reto social íntimamente ligado a la sostenibilidad de la edificación.
Si hablamos de sostenibilidad en términos globales no podemos cerrarnos a verlo todo en términos sólo ambientalistas dado que la persona tiene que estar en el centro, y por supuesto el sistema económico tiene que hacerlo viable.
Bueno, insisto que la descarbonización efectivamente es el reto más visible, más identificable que va a transformar probablemente más al sector y en el que están más avanzados los consensos a nivel internacional desde el Acuerdo de París, en el marco estratégico y regulatorio a través del Green Deal en Europa y de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética española y en el que, como decía, la edificación tiene un papel muy grande porque es responsable de un tercio de las emisiones globales a nivel europeo.
La hoja de ruta que lanzamos hace dos años, lo que proponía y la mirada especial que lanzaba es que la descarbonización de la edificación tiene que producirse en todo el ciclo de vida no solamente en la fase operativa que era en la que se había basado hasta ahora todo el marco estratégico y reglamentario. . Sin embargo, en la vida útil ahora ya sabemos que el porcentaje de huella de carbono atribuible, por ejemplo, a la primera fase de construcción (debido a los materiales que se emplean, la fabricación de esos materiales los transportes, etc.) puede llegar a suponer hasta el 40% de las emisiones de todo el ciclo de vida. La Hoja de Ruta del proyecto Building Life, puso sobre la mesa del sector la tarea de acometer la huella de carbono completa de los edificios. La visión que hace unos años era novedoso forma parte a día de hoy, de la nueva Directiva europea de eficiencia energética de los edificios que nos obliga a medir la huella de carbono de los edificios desde 2028. El Gobierno de España ha anunciado su intención de adelantar esa fecha para que el sector tenga tiempo de aprender cómo se calcula, con qué estrategia se puede reducir. De hecho ya hay muchos profesionales y empresas promotoras, que ya están avanzando sin que haya un marco reglamentario establecido y están apostando por los edificios, no solamente energéticamente eficientes en la fase de uso, sino descarbonizados en todo el ciclo de vida
- Centrando más el asunto en cómo conseguir edificios cero emisiones, ZEB, hay muchos aspectos que se han definir como el carbono operativo y embebido en el Ciclo de Vida que serán claves, ¿Cómo se van a definir y materializar estos conceptos en la realidad? ¿Cómo va a transponerse o trasladarse esto al Código Técnico de la Edificación, CTE, por ejemplo?
Esa entrada en vigor de la revisión del CTE está prevista para 2026, que es ‘pasado mañana’. El MIVAU, ha avanzado que está trabajando en un nuevo Documento Básico de Sostenibilidad Ambiental (DB SA) que tiene tres puntos que vienen derivados de la Directiva: la implantación de las renovables en los edificios, la infraestructura de vehículos eléctricos y la introducción del indicador de Potencial de Calentamiento Global (más conocido comúnmente como de huella de carbono), que nos dirá cómo se tiene que medir la huella de carbono en los edificios. Haytres cuestiones importantes que aclarará el CTE : la primera es qué fases del ciclo de vida se van a medir , la segunda los elementos del edificio a incluir en el cálculo, y la tercera los datos con los que se mide.
- Todo esto es una revolución…
Efectivamente.
Solo fijándonos en los datos que vamos a necesitar para medir la huella de carbono de los edificios hay mucho trabajo que hacer. Muchos fabricantes aún no han hecho DAPs (declaraciones ambientales de producto) aunque ya son obligatorias por el recién aprobado Reglamento de productos de la construcción. Además, no existe aún una metodología armonizada, por lo que la comparación entre edificios resulta especialmente compleja. Sin embargo, la carencia de una metodología armonizada que será la que se establezca en el CTE, no impide que se empiece a actuar ya. Siempre puedes medirte para compararte contigo mismo, se puede empezar a hacer Análisis de Ciclo de Vida desde el diseño para optar encontrar las soluciones óptimas. En definitiva, hay muchas cosas que ya se pueden hacer e ir preparando, por parte de los profesionales y los promotores antes incluso de la entrada en vigor del nuevo CTE.
Desde GBCE hemos impulsado y participado en el proyecto INDICATE, junto con la Universidad de Sevilla y otras entidades y expertos en materia de análisis de ciclo de vida que hace un estudio de referencias para conocer la huella de carbono media de un edificio en España en función de su tipología, zona climática, zona sísmica, modelo constructivo, etc.
- En 2021 tuve la oportunidad de entrevistarla y le formulé esta pregunta ¿El sector está preparado para esta transformación del modelo constructivo? Cambian los parámetros de cómo se ha de construir, nuevas metodologías, nuevos indicadores, muchos cambios que vienen…
Es muy revolucionario, como fue la introducción de la eficiencia energética o el certificado de eficiencia energética, que suponía cálculos y además diseñar con esa herramienta. Aunque la huella de carbono pueda parecer más sencilla de calcular, va a ser necesario formar y preparar a todo el sector. No estamos aún preparados, pero tenemos tiempo, dado que los primeros años van a ser de aprendizaje y sólo se obliga a medir y recopilar datos. Una vez pase la primera fase de medir, lo que sí va a ser revolucionario es hacer una hoja de ruta de valores a la baja; si hay que descarbonizar hay que limitar el tope de huella de carbono.
No sólo la transposición de la Directiva afecta al CTE, hay otro instrumento fundamental que se deriva de la directiva y que se tiene que prepara en el próximo año: es el Plan Nacional de Renovación, que supone la continuación de la “ Estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación en España. ERESEE 2020 ” . La diferencia fundamental frente a esta última es que al tratarse de un Plan, compromete a nivel país ante Europa a cumplir en plazos y objetivos. La Directiva establece objetivos de ahorro energético y de reducción de emisiones tanto en parque construido residencial como al terciario con el objetivo final de llegar a que todos los edificios nuevos y construidos sean cero emisiones en 2050. Ese Plan de Renovación dirá qué hay que renovar, con qué profundidad, qué se va a conseguir en materia de eficiencia energética, ahorro de emisiones y otros co-beneficios, como mejora de la salud, reducción de la pobreza energética o creación de empleo. Tiene que incluir además los recursos financieros necesarios, así como las políticas y herramientas que se van a poner en marcha para conseguir los compromisos adquiridos.
En la elaboración del Plan Nacional de Renovación, el gobierno tiene que decidir si implementar la directiva con las obligaciones que esta marca, o ampliar la ambición tanto en objetivos como en políticas e instrumentos. Además tiene que hacerlo
- En esta vorágine de cambios. ¿Cómo están participando desde GBCE?
Colaboramos con nuestros asociados y otras entidades del ámbito social y del sector en generar propuestas que ayuden a una implementación eficiente y ambiciosa de la directiva, trabajamos en proyectos relacionados con las oficinas de renovación (BIRTUOSS, AIRE) el pasaporte de renovación (IBRoad2EPC), o el indicador de potencial de calentamiento global (INDICATE). Por otro lado colaboramos con el MIVAU en lo que es tanto el Plan Nacional de Renovación como en la definición del Potencial de Calentamiento Global. La EPBD tiene muchas cosas, pero las más importantes son las que se refieren al Plan Nacional de Renovación (los pasaportes de rehabilitación, las oficinas de rehabilitación –una cada 80.000 habitantes-, el fin de los combustibles fósiles en los edificios. Por eso el PNR tiene que tener en cuenta todos esos instrumentos, es el punto fuerte en este momento.
- En 2024 el Sustainable Building Congress dentro de la feria de CONSTRUMAT la sostenibilidad fue el eje del congreso y en la próxima edición de 2025, la descarbonización será un aspecto clave. En todo este proceso de cambio, ¿Qué se puede esperar y qué puede aportar CONSTRUMAT en la transformación de la edificación?
Creo que CONSTRUMAT debe jugar esa labor divulgativa, de punto de encuentro, pero también de aprendizaje de las mejores prácticas y de puesta al día en estos temas. En estos momentos de cambios reglamentarios ‘rápidos’, es importante acudir a un evento donde te lo cuenten todo y te lo cuenten fácil. CONSTRUMAT tiene que tener esto y más. Su papel como feria, es importante para mostrar productos y soluciones que están alineados con los retos del sector y del futuro, de una edificación circular y descarbonizada.
En 2011 tuvimos nuestro primer acuerdo con CONSTRUMAT para introducirle la sostenibilidad en la feria y no sabíamos muy bien cómo hacerlo y definimos lo que se llamó algo así como ‘ruta de edificación sostenible’ con poca representación; fue un primer paso. Ahora en todas las ferias no hay stand que no tenga su posicionamiento y alineamiento con la sostenibilidad. Estamos en otro momento y tenemos que ser muy serios y rigurosos para luchar contra la desinformación y el greenwashing. Apostar por una información rigurosa, certificada, es básico. Este nivel de rigurosidad no debe dejar atrás a las pequeñas empresas innovadoras, por ejemplo en el ámbito de los biomateriales.
- Por último, ¿Quiere destacar algún aspecto o añadir algo más?
Quiero hacer un llamamiento a los agentes del sector y en concreto a los profesionales para que no se esperen al último día, para informarse y formarse en todas los aspectos nuevos que trae la nueva EPBD y en general con la sostenibilidad, como el Análisis de Ciclo de Vida y el cálculo del Potencial de Calentamiento Global. En segundo lugar hago un llamamiento, a que se especialicen y que apuesten por la reenovación de edficios, porque hacen falta muchísimos profesionales capacitados para esta actividad. Por cierto ya no le llamo rehabilitación, prefiero hablar de ‘renovación’, que suena a algo más ilusionante. Renovarse o morir.