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¿Por qué la construcción industrializada ha sido uno de los asuntos estrella en Construmat 2024? Sencillamente porque se precisa una transformación del modelo constructivo, una revolución para hacer frente a las necesidades de vivienda y con criterios de sostenibilidad.

El sector está empezando a vivir el necesario cambio de dirección que algunos denominan ‘construcción 4.0’, que no es otra cosa que cambiar los procesos constructivos de los edificios así como la manera de producir y suministrar los materiales y sistemas que los conforman. Una especie de ‘cuarta revolución industrial’ donde todo está digitalizado, gracias a tecnologías inteligentes y avanzadas técnicas de producción.

La industrialización es la aplicación de los procesos organizativos que se desarrollaron en otros sectores con la revolución industrial del S.XX a la ejecución de edificios, con el objetivo de aumentar la productividad y la sostenibilidad del sector, optimizando procesos y construyendo de forma más eficiente. Esto va mucho más allá de la prefabricación.

Es decir, la industrialización de la construcción aplica a este sector todos los avances en los procesos organizativos y productivos, alcanzando las ventajas de optimización y eficiencia que ellos aportan.

No se trata de cambiar por cambiar, es un cambio de paradigma en la forma de concebir y diseñar los edificios para que sean más sostenibles durante su producción y vida útil; más saludables para sus ocupantes, con mayor calidad, mejores prestaciones y más asequibles, atendiendo así los nuevos requerimientos del cliente final.

Se seguirá, de momento, construyendo a la manera tradicional pero la industrialización está permitiendo dar el salto a otras alternativas más innovadoras y sostenibles. El mercado lo dice así: según un reciente informe de la empresa de investigación y proveedora de información de sectores DoubleTrade, las firmas del sector han potenciado el desarrollo de técnicas de construcción industrializada, con las que han permitido que esta tipología de obras aumentara un 2,8% en el último año y aspire a alcanzar una tasa de crecimiento cercana al 6,1% hasta 2029. Se espera que el 10% de las edificaciones de 2030 en España se construyan bajo este modelo industrializado. Una transición que habrá que acelerar para hacer frente al reto y objetivos de la rehabilitación edificatoria, para la que la construcción industrializada también encuentra soluciones.

Un proceso en el que se están dando pasos desde las instituciones como lo demuestra las iniciativas en esta línea de Instituto Municipal de Vivienda y Rehabilitación de Barcelona, el ‘hub de industrialización’ de la Comunidad de Madrid o la reciente creación en junio de este año 2024 de la iniciativa Fundación Building & Architecture Institute (BAI), para la puesta en marcha de un centro nacional de industrialización y robotización. Así mismo, el Gobierno anunció en abril el compromiso de impulsar una ‘alianza de país por la vivienda’ a través del uso y regulación de la edificación industrializada.

Pero también se avanza rápidamente por la propia industria, generando nuevas fábricas de diferentes sistemas, los promotores, incluyendo en su oferta cada vez más actuaciones industrializadas y los particulares, buscando una rapidez y sostenibilidad a sus autopromociones.

Esta transformación sectorial afecta de manera holística a todos aquellos que conforman la cadena de valor, lo que requiere colaboración y coordinación transversal, pero también especialización, know-how, difusión y conocimiento.

El sector se mueve y camina hacia su transformación por la industrialización, una opción contundente, de enorme valor y que aporta certidumbre, algo básico para este sector. La industrialización acorta los plazos de ejecución, reduce los impactos directos y embebidos de los residuos y emisiones de COvinculados a la ejecución de los edificios, aporta elevadas prestaciones de eficiencia energética y salubridad todo ello de una manera cierta y tangible sin incrementar el coste del edificio resultante.

Pero además, entre sus ventajas, el modelo industrializado mejora las condiciones laborales con más seguridad, lo que hace atraer talento y permite la inclusión de la mujer. Y es que es una acción más tecnificada marcada por la robotización y digitalización que hace mejorar la precisión, eficiencia y seguridad en los proyectos, reduciendo costes y tiempo. Facilitan el diseño automatizado, la fabricación y la gestión de obra, integrando tecnologías como BIM o el IoT para optimizar procesos y recursos.

Por ello es preciso avanzar en muchos aspectos de carácter técnico, reglamentario, financiero, formativo, de organización y de mercado. La Administración tiene que promover la construcción ‘off site’, promulgando diferentes aspectos,  desde el Código Técnico de la Edificación a su financiación. Todo ello para que se puedan establecer grandes factorías que produzcan los módulos en 2D o 3D y, por otra parte, se tenga la capacidad de dar crédito hipotecario alternativo a los procesos de construcción.