La construcción de un futuro sostenible para Europa pasa por unos objetivos climáticos de cara a 2030 y 2050 que requieren una movilización de todos los estamentos, unas prioridades políticas así como adelantar y consolidar la introducción de normas mínimas de eficiencia energética y acciones que aborden tanto la reducción de emisiones de carbono como la optimización de los recursos en el ciclo de vida de los edificios.
La nueva Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios marca el camino para generar Edificios de Cero Emisiones (ZEB, por sus siglas en inglés) que abarquen el carbono incorporado y operativo.
Objetivos que vienen de Europa: la EPBD define el futuro de la edificación
Los retos del sector para las próximas décadas siguen las iniciativas del Pacto Verde Europeo (Green Deal), la estrategia que desde 2019 busca transformar en Europa la economía y sociedad en un modelo sostenible, neutro en carbono y respetuoso con el medio ambiente. Así mismo, la Unión Europea ha establecido los siguientes objetivos en el corto plazo (2030):
- Paquete Fit for 55: incrementar el objetivo de descarbonización a 2030 (reducción de gases de efecto invernadero del 55% frente al 40 % inicial) y obligación de revisar y actualizar la legislación de la UE, y en consecuencia las de todos los Estados.
- Plan REPowerEU: reducir rápidamente la dependencia de los combustibles fósiles y acelerar la transición energética.
En este marco la norma estrella que marca la senda a seguir es la nueva Directiva (UE) 2024/1275, relativa a la Eficiencia Energética de los Edificios, EPBD (por sus siglas en inglés), publicada el 8 de mayo de 2024, que obliga a acelerar el ritmo de rehabilitaciones mejorando la eficiencia energética de los edificios y cuya implementación requerirá de la colaboración de todos para maximizar sus beneficios y alcanzar el objetivo de un parque inmobiliario neutro en carbono y circular para 2050.
Conviene recordar las principales novedades, requisitos y exigencias de la EPBD:
- Los edificios nuevos tendrán que ser de cero emisiones.
- El impulso de las rehabilitaciones profundas de edificios existentes. Éstas deben ir encaminadas a alcanzar las exigencias de los Edificios de Cero Emisiones (ZEB), bajo el principio de ‘primero la eficiencia energética’: mejora de la calidad de la envolvente del edificio, reforma de las instalaciones por sistemas más eficientes, inteligentes y mejor gestionados y la implementación de las energías renovables. Esto obligará a establecer un plan nacional de renovación de edificios (residenciales y no residenciales).
- Se introducirán nuevos indicadores, se modificarán los Certificados de Eficiencia Energética (…que deje de ser un mero trámite) y se establecerán nuevos umbrales de eficiencia que definirán un nuevo nivel óptimo de rentabilidad, lo que supondrá una modificación de los umbrales recogidos en el CTE DB HE 0. Empezarán a ser familiares términos como el Potencial de Calentamiento Global (PCG) o el Índice de Rendimiento Inteligente (SRI).
- La eliminación progresiva de la instalación de sistemas de calefacción y refrigeración con combustibles fósiles. Y se realizará a través de planes nacionales de renovación que incluirán la eliminación gradual de las calderas independientes alimentadas con combustibles fósiles. También se incide en la modernización de los edificios que incluye la incorporación de sistemas avanzados de automatización y control para optimizar el uso de energía y mejorar la comodidad de los usuarios.
- Se desarrollará una metodología armonizada para los Estados miembros sobre el cálculo y la divulgación del Carbono en el Ciclo de Vida con orientaciones detalladas y hojas de ruta. Se pasa del ‘edificio de consumo de energía casi nulo’ al ‘edificio cero emisiones’. Para contar estas emisiones, se tendrá en cuenta el carbono operativo (el CO2 que se emite en la fase de uso del edificio) y el carbono embebido (el CO2 que producen los materiales en su fabricación, transporte, instalación y deshecho). Hasta ahora sólo se tenía en cuenta el carbono operativo. Este cambio impulsará las Declaraciones Ambientales de Producto (DAPs), documentos estandarizados y verificados por terceros que informan sobre las emisiones incorporadas de un producto y la selección de productos por su huella de carbono.
- Se aclarará cómo se incorporarán a estas bases de datos los procedentes de otras fuentes, como los Registros Digitales de Edificios y los Pasaportes de Renovación; un documento nuevo que tendrá que tener el edificio y que recogerá un plan para renovar energéticamente el inmueble.
Esta Directiva debe ser transpuesta en dos años y se debe garantizar que existirá una financiación suficiente. Pero a la vez se debe trabajar en tecnificar una mano de obra hoy insuficiente y aun sin cualificar dado que debe disponerse de un número suficiente de profesionales competentes y fiables en el campo de la rehabilitación energética a fin de garantizar una capacidad suficiente para llevar a cabo obras de renovación de calidad a la escala requerida.
Muchos retos que requerirán el concurso de todos, si bien, como indicaba el director del Sustainable Building Congress celebrado en la edición 2024 de CONSTRUMAT, Adrià Llacuna, “El sector de la construcción goza de un instrumental inigualable para abordar el reto de la sostenibilidad: un ecosistema de conocimiento colectivo innovador”.
Mucho conocimiento que podrás obtener y ser protagonista asistiendo a la próxima edición de CONSTRUMAT 2025 (Barcelona, 20-22 mayo).