El Salón BB Construmat de hace veinte años todos lo reconocemos por la impresionante imagen de la avenida María Cristina llena de grúas; la gran extensión del recinto, ampliado más tarde con los espacios de Gran Vía; y la gran afluencia de visitantes. Bajo todo ello la realidad era la de un sector muy conservador; con unos valores, a nivel profesional centrados en lo económico, y a nivel personal retrógrados en el sentido más amplio que esta palabra pueda tener. Este salón era el reflejo del boom de la construcción que se vivía en aquel momento, basado en los mismos valores y donde se primaba la cantidad –metros cuadrados construidos- frente a la calidad.
Es cierto que el salón BB Construmat se vio afectado muy negativamente por la crisis pero no hay que olvidar que el salón de principios de la pasada década ya estaba en decadencia. Ya había surgido el debate sobre la cuestión de fondo: qué ha de ser una feria de muestras en el siglo XXI. De esta inquietud nacieron una serie de propuestas muy concretas que se insertaron en la agenda del salón pero con un contendido mucho más crítico, abierto al debate en temas de actualidad y con voluntad de incentivar la innovación como era el caso de Casa Barcelona.
No fue suficiente el aire fresco que trajeron estas propuestas para evitar el colapso. La crisis sirvió para acortar la agonía, permitir que el salón tocara fondo de forma rápida y preparar el terreno para nuevas propuestas. La edición de este año 2017 ha dibujado el germen del salón del siglo XXI. De este certamen considero absurdo valorar el éxito basándose únicamente en los números ya que, a mi entender, lo interesante es el modelo que plantea. Ya crecerá, lo importante es que lo haga sobre una buena base.
BB Construmat apuesta por ser un salón que va más allá de la construcción. La Construcción es la herramienta de la Arquitectura, del Urbanismo. Con esta herramienta construimos el entorno que nos acoge, nos cobija y facilita nuestro desarrollo como individuos y como sociedad. Construmat muestra una construcción que pone por delante del objeto al sujeto como objetivo final, algo obvio pero poco presente en aquel salón de finales del XX. Construmat busca potenciar la innovación y el diseño, apostando fuertemente por la eficiencia energética y la gestión sostenible de los recursos.
La base del nuevo salón está planteada y, afortunadamente, Construmat dispone de un equipo joven, con ideas frescas e ilusión por llevarlas a cabo. Pero el éxito final no depende tanto de ellos como de los órganos gestores y de los pactos a los que puedan llegar con las empresas, pactos económicos y de funcionamiento.
En las últimas ediciones del salón, las coincidentes con los años más duros de la crisis, algunas empresas quisieron desmarcarse de un salón agonizante organizando eventos paralelos en diferentes espacios de la ciudad. La coincidencia en el calendario les permitía nutrirse del poder de convocatoria que la feria aún tiene, mientras que la deslocalización posibilita la libertad en el formato de la propuesta a la vez que permite huir de la obligación de contratar servicios a través de la feria. Empresas como Roca, Trespa, Schucco, Reynaers, Porcelanosa… ya no están en el recinto del salón pero si participan de BB Construmat con una oferta más exclusiva destinada principalmente a clientes.
Esta situación no es ni mucho menos pasajera. Ninguna de estas empresas renunciará a una propuesta que les diferencia y que les permite, en un entorno amable y cordial, aproximarse a sus clientes de manera muy personal. El objetivo en estos eventos dista mucho de lo que ha sido tradicionalmente una feria de muestras. No se presenta el catálogo de producto ni se exhiben muestrarios. Se trata de compartir y contrastar experiencias a la vez que se desvelan las últimas novedades y se plantean nuevos retos.
El Salón BB Construmat deberá asumir esta dispersión de la feria haciendo de la necesidad virtud y trabajando en la formula que permita, no solo la convivencia, sino crecer todos juntos. No olvidemos que estos eventos orbitan alrededor del salón y, posiblemente, su éxito no sería tal si no existiera el certamen. El modelo existe: La Biennale de Venecia, con un foco muy potente de actividad en el Arsenal, se desparrama por toda Venecia con exposiciones en distintos espacios, incluso en casas particulares. Lo que se ofrece en estos espacios singulares es distinto de la muestra en el Arsenal, todo suma.
BB Construmat ha de ser el polo aglutinador de eventos, foro de debate en temas de actualidad donde, como decía antes, la construcción es una herramienta, un medio para lograr un fin de mayor alcance y que concierne a agentes muy diversos. Construmat tiene la exclusividad de la transversalidad entre empresas e industrias distintas. Un gran potencial. Construmat ha de ser el coordinador de un certamen a nivel de ciudad.
Cristina Pardal. Arquitecta y doctora por la Universidad Politécnica de Cataluña (ETSAB-UPC).