¿En qué momento se encuentra el sector?
El sector se encuentra en un momento de oportunidad, pero también de transición. La sostenibilidad es muy importante e incluye también la accesibilidad. Teniendo en cuenta el envejecimiento de la población, en especial en Europa, en 20 años se prevé que habrá el doble de personas de más de 65 años. Esto es una oportunidad para ver cómo construir las nuevas viviendas con una visión más flexible, ir incorporando no solo la accesibilidad física sino también la sensorial y cognitiva. Aquí la arquitectura y todas las ayudas tecnológicas, desde el principio, deben ir de la mano en el diseño conjunto para garantizar el confort y permitir hacer que todo sea mucho más fácil. Y, a la vez, poder adaptar los espacios a medida que cambian las necesidades sin tener que rehacer toda la estructura. En definitiva, adaptar una vivienda a lo largo de toda una vida, todo un reto.
¿Cómo se traduce este reto de cara a los edificios que no son de obra nueva?
Tenemos un gran parque construido obsoleto al que tenemos que alargar la vida. Para conseguirlo hay que hacer una mirada estructural del edificio, realizar una rehabilitación integral, ver la manera de hacerlo más eficiente y, sobre todo, de mejorar la salud y el confort de la salud de las personas que viven en él, así como la forma de incorporar estos criterios de sostenibilidad/accesibilidad a estos edificios.
No es un reto fácil, requiere mucha creatividad. Por ejemplo, no intentar poner un ascensor donde no hay ninguno, sino poner un ascensor que dé servicio a diferentes comunidades a través de una isla, a través de otras vías que todavía no se han explorado, un camino muy interesante. Son proyectos mucho más estratégicos que nos hacen ir hacia una rehabilitación integral, que es mirar el edificio y, sobre todo, el conjunto de la isla. Aquí está el valor de los profesionales de la arquitectura, la confianza de abordar proyectos con una mirada más amplia.
Ligado a la sostenibilidad, ¿la accesibilidad debe ser el futuro de la arquitectura?
La accesibilidad forma parte de la sostenibilidad. Se trata no solo de conseguir que las personas puedan continuar viviendo en su casa el máximo tiempo posible con toda la red de vecindario y conexión con el entorno, sino también de la oportunidad de explorar nuevos tipos de viviendas, con cohousing, cosa que también se está trabajando con otros colectivos. Hay una red de servicios para acompañar la ayuda en casa, y hay que tener en cuenta los equipos de arquitectos. Hace falta que la sociedad confíe más en nosotros, que nos vean como el médico de cabecera que te acompaña y te ayuda en todo lo que es la salud pública, ya que los profesionales de la arquitectura también tienen que estar al lado de todas las personas para ver, en cada momento, cuáles son sus necesidades.
¿Qué esperan de la próxima edición de Construmat?
Espero que toda el área de rehabilitación continúe tomando impulso, algo que ya vimos en el último Construmat y que podamos ver cómo la rehabilitación incorpora conceptos de accesibilidad y también elementos que nos permitan incorporar eficiencia energética. También la industrialización, no solo en obra nueva sino también en la rehabilitación. Son los conceptos que nos gustaría que tuvieran presencia.
¿Construmat puede contribuir a acelerar la consecución de los retos del sector?
Creo que necesitamos que todos estos nuevos ámbitos de los que estamos hablando entren con fuerza en Construmat, esto ayudaría a hacer visibles los retos que tenemos sobre la mesa y ponerla al servicio de las empresas, los profesionales, para entender dónde hay un foco de oportunidad de mejora en todo el sector.